La libertad

La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres.
El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha.
Miguel de Cervantes

domingo, 10 de enero de 2016

¿El nacionalismo es la solución?

Creo que por segunda vez en los años de existencia de este blog, cedo la voz y la palabra, a una compañera, Angelines Fombellida. No creo que se pueda explicar mejor la postura de una persona de izquierdas en la encrucijada en la que nos encontramos después de las elecciones del 20 de diciembre.
Con su autorización transcribo literalmente lo que hoy ha publicado en su perfil de Facebook.

"¿Pero alguien cree que los problemas de la ciudadanía se solucionan con independencias nacionalistas? ¿Acaso es más suave el frío, menos doloroso el paro, más llevaderos los problemas sanitarios y todos los males que nos aquejan al pueblo, cuándo los vivimos bajo una bandera nacionalista?
Hoy no está de moda recordar a Lenin, pero hace ya mucho tiempo, él reflexionó sobre la tendencia de algunos de pretender estar más a la izquierda de la izquierda que nadie. Recuerdo haber leído hace mucho tiempo: "El izquierdismo enfermedad infantil del comunismo". Me ha venido a la memoria, ante tanto defensor de la izquierda y sus comentarios para criticar el acuerdo de unión que propone Pedro Sánchez. Estos partidos que defienden su virginidad izquierdista y continuamente hablan de los errores cometidos por el Partido Socialista a lo largo de los años en que ha gobernado, lo hacen desde la pureza de no haber hecho nada y no se les cae la cara de vergüenza cuando proponen cosas que son como el toreo de salón, quedan muy bien pero no solucionan nada.
A la independencia catalanista, ahora se le unen Las Mareas para pedir también un referéndum en Galicia, cómo si el referéndum y el nacionalismo, fueran la penicilina de todos los problemas e injusticias que padecemos los españoles. Alguien dijo que "el nacionalismo es el último reducto del canalla". Me imagino que en Cataluña estarán a punto de solucionar todos los problemas, incluida la corrupción, pues España habrá dejado de robarles y todo lo pasado, incluido Jordi Pujol y familia, podrán ser muy honorables. Pero me temo que el pueblo catalán continuará con los mismos problemas que padecen y padecemos todos, incluidos gallegos y vascos.
Lo que de verdad debe hacer la izquierda es unirse, meterse en el barro aunque su virginidad quede manchada y entre todos, tratar de deshacer el nudo que nos está ahogando: La Ley de educación, el desmantelamiento de la sanidad, la reforma laboral, la corrupción... Claro que esta unión les quitaría un poco de ese mesianismo que les da ser nuevos en la plaza política, pero si dejan pasar esta oportunidad de formar un gobierno de izquierda, el pueblo se lo hará pagar, pues lo que las urnas han demandado, es precisamente eso: que hagan política, que hablen, negocien, que sumen experiencia y juventud. Sobretodo que recuerden que la política para unos, es mantener sus privilegios, pero para otros, para el pueblo llano, es defender los derechos y libertades de todos. y no olvidar nunca que la izquierda, muy lejos de nacionalismos, siempre ha defendido la solidaridad y la fraternidad entre los pueblos. Me temo que algunos con su afán de ser más, se están pasando al otro extremo, no nos olvidemos del tío del bigote, que pasó de ser socialista a ser nacionalsocialista."

Angelines Fombellida


miércoles, 6 de enero de 2016

Entre todos la mataron



Un extraño virus de locura ha entrado en el PSOE y está afectando sobre todo y principalmente a un buen número de dirigentes del Partido.
El objetivo de todo partido político es ganar las elecciones para gobernar y, desde el poder, cambiar el rumbo de la sociedad.
En una democracia parlamentaria como  la española, no gobierna automáticamente el partido que obtiene más diputados, sino el que consigue articular una mayoría parlamentaria suficiente, en solitario o mediante alianzas o acuerdos con otros grupos afines.
Bueno, pues el PSOE, aunque no ha obtenido una mayoría suficiente para gobernar en solitario, sí que está en situación, si el PP fracasa en sus intentos de configurarla, de intentarlo ofreciendo un programa progresista y de izquierdas a otras fuerzas políticas que puedan asumirlo y apoyarlo, para revertir la senda de destrucción de libertades y derechos de estos último años de gobierno del Partido Popular.
Pues no señor. Un grupo de dirigentes del PSOE, contagiados del virus de la ambición personal, están dispuestos a frustrar cualquier intento de Pedro Sánchez para conseguirlo, con tal de que sus ambiciones personales, y en muchos casos sus ganas de venganza, se vean cumplidas.
Si lo consiguen, colocarán al Partido Socialista al borde de la irrelevancia política y, lo que es peor, conseguirán que en España volvamos a padecer un gobierno que continuará la senda de recortes de derechos y libertades de estos últimos cuatro años.

Estoy convencido de que una inmensa mayoría de militantes de este Partido, no estamos de acuerdo, y que haremos todo lo posible por impedirlo. Al menos yo, así lo haré.

lunes, 4 de enero de 2016

No estamos locos

Artículo publicado en
El Norte de Castilla. 04.01.2016
Sabemos lo que queremos. Estoy seguro que miles de afiliados, simpatizantes y votantes del PSOE suscribirían sin dudarlo ni un segundo estas estrofas con las que daba comienzo una famosa canción que cantaba Ketama a finales del siglo pasado.
La inmensa mayoría de los afiliados a este Partido más que centenario, queremos lo mismo que quieren la mayor parte de los ciudadanos de este país, a los que les importa un comino cuándo celebremos o no nuestro congreso. Lo que esa mayoría de españoles quiere, es saber si el PSOE, una vez que esté claro que el PP no pude formar Gobierno, es capaz de presentar un programa de progreso social y político al resto de los partidos.
Para que esto se produzca tenemos que demostrar que es verdad que no estamos locos, y que sabemos lo que queremos. Y los primeros que tienen que hacerlo son los dirigentes, pues como ya he afirmado antes, los militantes lo tenemos clarito.
Queremos la derogación inmediata de una reforma  laboral que ha llevado a la precarización del empleo y a conseguir que hoy día, en España, haya pobres con trabajo. Una nueva regulación laboral que termine con las diferencias salariales entre hombre y mujeres, que fije un salario mínimo interprofesional actualizado y digno, y una renta básica garantizada para aquellos que lo necesiten. Queremos que se potencie y se favorezca la concertación laboral entre patronal y sindicatos, para lo que, tanto unos como otros, tienen también que renovarse y cambiar sus formas de funcionamiento. Queremos que se haga una reforma de nuestro sistema fiscal que haga pagar más al que más tiene o gana, y que termine de una vez con el fraude que se produce entre los que más deberían aportar.
La mayoría de los españoles queremos una vuelta al Pacto de Toledo que garantice el sostenimiento de un sistema de pensiones justo y suficiente, no solo para los actuales si no, y principalmente, para los futuros pensionistas. Queremos una sanidad universal y gratuita sin copagos y sin desigualdades territoriales.
Queremos un gobierno que ponga las bases para un gran pacto por la educación, que garantice una educación pública, laica, gratuita y de calidad para todos y todas. Un gobierno que retome la iniciativa en la lucha contra la violencia de género, poniendo todo tipo de recursos materiales y humanos al servicio de la lucha contra esta lacra social.
Los españoles queremos que un gobierno de progreso se ocupe y preocupe por el mundo rural, la agricultura y la ganadería, la minería, los recursos energéticos no contaminantes. Que luche contra la despoblación creciente en muchas zonas de nuestro país, planificando la prestación de servicios, apoyando a los pequeños y medianos ayuntamientos, y estableciendo medidas eficaces que favorezcan la natalidad.  Estamos pidiendo a gritos un gobierno que luche contra la corrupción y que establezca controles eficientes para que ésta desaparezca de una vez por todas.
Un gobierno que sea capaz de plantear al resto de fuerzas políticas, una reforma constitucional que actualice nuestra norma fundamental, y que nos permita, con el máximo consenso, revisar el papel del senado, el encaje constitucional de los distintos territorios que conforman este país plural y heterogéneo. Que traiga consigo la reforma en profundidad de una ley electoral que necesita aproximarse a una mayor proporcionalidad entre votos y escaños. Necesitamos que en nuestra Constitución estén recogidos como derechos garantizados en ella la sanidad y los servicios sociales básicos.
En este momento, los socialistas tenemos que dejar de mirarnos el ombligo y apoyar sin fisuras a nuestro candidato a la presidencia del gobierno, y exigirle que sea capaz de hacer una oferta clara y nítida de progreso para la inmensa mayoría de los españoles. Apoyarle para que, una vez quede claro que el PP no es capaz de formar gobierno, inicie negociaciones con todas las fuerzas políticas que compartan la urgencia por resolver estos problemas reales. Tenemos que colaborar para que esta oferta llegue con claridad a los ciudadanos y darle un margen de maniobra para la negociación con el resto de partidos que estén dispuestos a trabajar en esta línea.

Esa es ahora nuestra obligación como socialistas. Y luego, una vez resuelto de una forma u otra la formación del Gobierno, nos pondremos a resolver nuestros problemas, que los tenemos y muy graves. Ahora bien, que nadie se equivoque, los resolveremos con la participación democrática de todos los afiliados, no en reuniones entre barones, baronesas y similares. Ese tiempo, por suerte, ya pasó.

viernes, 1 de enero de 2016

La redes sociales

En estas primeras horas del año 2016, que por cierto es bisiesto y tendrá un día más en el calendario, y seguramente ayudado por la clarividencia que siempre proporciona el haber tomado una copa de más, me ha dado por reflexionar sobre este medio de comunicación que son las redes sociales.

Y dado que mi capacidad de reflexión es ya muy limitada, y que es posible que ya no vuelva a manifestarse a lo largo del año que comienza, me he lanzado a escribir sobre ello.

Las opciones son casi infinitas pero yo, que soy ya muy clásico, me limito a moverme en tres: los Blogs, Facebook y Twitter.

En el primero de los campos, tengo en activo tres blogs. Este que estás leyendo, "El bolo de la paciencia", que inició su andadura a finales del año 2008, en el que he publicado más de 200 entradas y que ha recibido más de 54.000 visitas. Los otros dos, El Canal de Castilla, un Sueño de la ilustración, y El Valle de los Redondos, son de contenidos específicos como se puede deducir de sus nombres.

En este blog vengo observando que muchas de las personas que hacen comentarios, lo hacen como Anónimos o con nombres que no responden a ningún perfil identificable. Aunque tengo activada la moderación de comentarios, hasta el momento no ha dejado de publicar ninguno de los que he recibido, pero casi nunca contesto a los mismos, precisamente por la pereza que me produce no saber con quién estoy hablando.

Twitter me resulta agotador por la rapidez e inmediatez de su evolución. Tienes que estar permanentemente conectado y atento, o te pierdes gran parte de lo que allí se escribe. Eso hace que mi participación en esta red no sea muy constante.

En cuanto a Fecebook, en el que me muevo con más asiduidad, hay dos o tres aspectos que me tienen un poco alucinado. El primero es la cantidad de personas que ocultan o semi ocultan su identidad; otro es la afición de muchas personas a utilizar muros de otros para expresar sus opiniones, quizá por el escaso eco que las mismas tienen cuando las publican en el suyo propio. Tengo más de 2.200 agregados en esta red, y muchísimas de las opiniones que reflejan en sus muros no las comparto. Pero nunca he utilizado sus biografías para expresar las mías. Esta es la razón de que jamás conteste o polemice con los comentarios que se hacen a mis entradas.
Y por último no tolero que se utilicen mis entradas para insultar a nadie. Esta ha sido la razón por la que he eliminado de mis agregados o seguidores a dos o tres personas.

En fin, espero que en este año que ahora comienza sigamos utilizando las redes sociales para permanecer en contacto y expresar cada uno sus opiniones de forma respetuosa.