La libertad

La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres.
El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha.
Miguel de Cervantes

domingo, 30 de diciembre de 2012

PSOE/2013: HOJA DE RUTA

PSOE

En la reciente comparecencia de nuestro secretario general Alfredo Pérez Rubalcaba para valorar el primer año de gobierno del PP, un año lleno de mentiras, recortes, privatizaciones, en resumen, un año dedicado en cuerpo y alma por la derecha a desmontar y liquidar el estado de bienestar, expresó su deseo de que “se hablara de las propuestas y no de los problemas del PSOE”.
Estoy total y absolutamente de acuerdo con este deseo. Ahora bien, pretender que en un sistema democrático y de libertades, y en la era de las redes sociales y la comunicación global e inmediata, no se hable de ‘algo’, es totalmente imposible; sobre todo si ese ‘algo’ existe. Y los problemas en el PSOE, existen, ya lo creo que existen ¡y muy graves!
En nuestros debates internos -y secretos- siempre se insiste en que lo importante son las ideas y las propuestas, y que las personas para llevarlas a cabo son secundarias. ¡Y un jamón con chorreras!, que diría mi tío Zósimo. Las ideas y los proyectos pueden ser extraordinarios y brillantes, pero como las personas que los propongan o lideren no tengan la credibilidad y el prestigio suficiente ante los ciudadanos, los mismos fracasarán desde sus inicios, porque, en la era de la comunicación y la imagen, ni tan siquiera serán escuchados.
Y el PSOE tiene en estos momentos dos problemas fundamentales: una falta absoluta de ideas y proyectos para una sociedad sumida en una grave crisis, no solo económica sino también sistémica; y unos dirigentes nacionales y, en muchísimos casos, también regionales, provinciales y locales, con escasa o ninguna credibilidad, después de haber llevado a este Partido más que centenario, a los peores resultados electorales de nuestra reciente historia democrática. Y además, estos problemas están agravados por la tesis, muy generalizada entre nuestros dirigentes actuales, de que “la culpa no es nuestra, es de la crisis”, y por lo tanto, como le dice Tancredi Falconeri a su tío don Fabrizio Corbera en la novela “Il Gattopardo” de Giuseppe Tomasi di Lampedusa: “si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie”, sobre todo para que no cambien los dirigentes.
Y siguiendo esta postura estratégica, conocida como “gatopardismo”, desde la dirección federal, con el aparente apoyo de la mayoría de las direcciones territoriales, se aplazan sine die las conferencias política y de organización, y se propone como fecha para la celebración de unas ¿primarias? el periodo entre las próximas elecciones municipales y las generales, es decir, en principio, de mayo a octubre de 2015. Me parece sencillamente alucinante y kafkiano.

De derrota en derrota, hasta la derrota final

Esta dirección federal, acompañada por las restantes direcciones territoriales, no solo ha perdido las últimas elecciones generales de 2011. En el año que ha transcurrido desde entonces, hemos perdido las elecciones en Andalucía y Asturias -no nos dejemos engañar por el espejismo de que en ambas comunidades se gobierna-; en Galicia y Euskadi nos han dado un “palo” de envergadura; y en Cataluña hemos pasado a ser la tercera fuerza en número de parlamentarios, y estamos a punto de dejar de presentarnos como PSOE en esta comunidad, que ha sido siempre clave para el resultado electoral en el resto de España.
Pero es que, para mayor abundamiento, a pesar de que el PP y Mariano Rajoy pierden apoyos electorales y valoración en cada nueva encuesta que se realiza, el PSOE y Rubalcaba no solo no suben en esas encuestas sino que también bajan en apoyos y valoración.
Por lo tanto, si como manifiesta nuestro secretario general, debemos conseguir que se hable de las propuestas y no de los problemas del PSOE, tendremos que hacer dos cosas: elaborar esas propuestas y elegir a unos dirigentes con la credibilidad suficiente para explicarlas a la ciudadanía. Y no necesariamente en ese orden.
Si de verdad queremos volver a recuperar la credibilidad entre unos ciudadanos progresistas que están absolutamente huérfanos de liderazgos sociales, y aterrorizados por la deriva que está tomando el país bajo el gobierno de la derecha más neoliberal que nos podíamos imaginar, tenemos la obligación moral y política de “cambiar todo lo que sea necesario, para que nada siga igual que ahora”, por supuesto dentro de nuestros supuestos ideológicos progresistas y socialistas, más necesarios que nunca ante el ataque que se está produciendo contra la clase trabajadora en general. Y para ello, contra lo que mantienen nuestros dirigentes, no tenemos todo el tiempo del mundo, porque los liderazgos y las ideas no se consolidan en cuatro meses, ni en un año.

Calendario para un verdadero cambio de rumbo

El calendario electoral que se plantea para los próximos años, tiene algunas fechas fijas y otras variables. Las elecciones al Parlamento Europeo se celebrarán obligatoriamente entre el 5 y el 8 de junio de 2014. De la misma manera, las elecciones Municipales, y Autonómicas en la mayoría de las comunidades, se celebrarán en la segunda quincena de mayo de 2015. Y, por último, las elecciones Generales se celebrarían en el otoño de ese mismo año, salvo que, ante una eventual mejoría de la situación económica, don Mariano Rajoy no decida adelantarlas.
A la vista de este “panorama” electoral, mi opinión es que de ninguna manera podemos permitirnos el lujo de esperar ni un día más para ponernos a actuar en serio y en profundidad para resolver los dos problemas que antes he expuesto: el programa y las personas.
Así pues, en mi humilde opinión de militante del PSOE desde hace más de 35 años, la Comisión Ejecutiva Federal debería dimitir inmediatamente y nombrarse una Comisión Gestora que organizara, antes del mes de mayo de este año que empieza, la celebración de un Congreso Federal Extraordinario (dejémonos de conferencias y pamplinas que todos sabemos cómo se cocinan) en el que deberíamos revisar y modificar en profundidad nuestras formas y procedimientos: elección de delegados a los congresos; composición y funciones de nuestros comités; apertura de nuestros debates a la sociedad; participación de los simpatizantes en la toma de decisiones; elección por todos los militantes de los secretarios generales en todos los niveles territoriales; lección mediante primarias abiertas a los simpatizantes de los candidatos a alcaldes (condicionado por el tamaño del municipio), presidentes de comunidades autónomas y presidente de gobierno; etc. El primer punto del orden del día de este congreso debería ser el debate y aprobación del procedimiento para elegir al nuevo secretario general, que yo defiendo debería ser por elección directa de todos los afiliados.
La nueva dirección debería convocar de forma inmediata las elecciones primarias, abiertas a los simpatizantes, para la designación de nuestro candidato a la Presidencia del Gobierno. Paralelamente se producirían los congresos de los distintos niveles territoriales, para que antes de finalizar el año 2013 ambos asuntos estuvieran resueltos.
Con una nueva dirección, y con el candidato a las próximas generales ya decidido, el año 2014 debería ser el de la renovación de nuestra oferta programática. Un nuevo Congreso, precedido de un amplio debate abierto a la sociedad -¿recordáis el Programa 2000?- debería conseguir que fuéramos capaces de ilusionar de nuevo a todos esos ciudadanos que ahora mismo se encuentran sin nadie a quién votar para frenar esta deriva neoliberal a la que el PP nos  lleva de forma parece ser que irremediable.
Todas estas actuaciones implicarían la movilización total y absoluta de nuestro Partido y de sus afiliados y simpatizante, con lo que podríamos conseguir el protagonismo social y político que hemos perdido y que tan necesario y urgente es recuperar, y nos situaría frente a las Elecciones al Parlamento Europeo en una situación de movilización total, con nuevas ideas y con nuevas personas encargadas de comunicarlas y explicarlas a los ciudadanos.

Epílogo

Supongo que no me va a hacer caso nadie de los dirigentes de MI PARTIDO, pero al menos digo lo que pienso y me quedo tan a gusto.

Post scriptum.- Según el barómetro de Metroscopia sobre la valoración de 37 instituciones españolas que publica hoy mismo EL PAÍS, los partidos políticos y los políticos ocupan los dos último lugares. Espero que alguien reaccione o la situación puede derivar hacia el populismo y el fascismo.


sábado, 29 de diciembre de 2012

La religión


En las páginas de Opinión de "EL NORTE DE CASTILLA" del 29.12.2012 se publica un artículo de Ángel Luis Inurria bajo el título "La religión".
Dado que no he sido capaz de localizarlo en su edición digital, y como creo que es de mucho interés su lectura, lo publico íntegramente en este blog, para poder difundirlo en las redes sociales.




La religión
Ángel Luis Inurria

“Olvidémonos de la solidaria y universal educación ciudadana, que solo sirve para facilitarnos una correcta convivencia durante los cuatro días de paseo terrenal, y aceptemos la religión impuesta”

Creo que si el hombre fuera inmor­tal no existirían las religiones, y que también, alcanzado dicho es­tado, es posible que aspirara a mo­rir, pues siempre se persigue el sue­ño inalcanzable, el que rechaza la razón, que insiste en recordar nos, aunque está oculta, que tenemos fecha de caducidad. Por ello, conforme pasan, transcurren, los tiempos y los días, surge la incertidumbre sobre el inevitable viaje final, cuyo destino, tan desconocido como temido, se aproxima inexorablemente, día tras día. ¿Cómo puedo dejar de existir, con la enorme intensidad con la que pienso, con la que siento, con la que vivo, con mi inabarcable voluntad de pervivir, y si además no quiero, cómo voy a ir contra mí mismo? Una cosa es el cansancio, refu­giarse en el sueño reparador, dejar de pensar, de ser, de sentir, de existir, pero solo por unas horas, para recargar pilas y retornar a la vida. Pero más allá del deseo, la vida expone a nuestro examen cuerpos sin vida, cadáve­res, y nos adelanta nues­tro propio destino: el sue­ño eterno.
La muerte física es real, vale, se puede ma­tar el cuerpo, privarle de vida, pero... ¿y el alma?, cuyas potencias dicen que son memoria, volun­tad y entendimiento, algo así como el ordena­dor que guía nuestras ac­ciones, incluso cuando dormimos. ¿Seguirá exis­tiendo tras la muerte fí­sica? Los egipcios ya di­ferenciaban entre el 'ba' y el 'ka'. En fin, en cual­quier tesitura podemos aferramos a la esperanza, sin ella se genera la an­gustia, el conflicto exis­tencial que nos conduce a la tragedia, esperanza que encontramos en la religión, mejor dicho en las religiones, que las hay  para todos las gustos.
Puestos a creer, es decir, ser creyentes, lo más aconsejable es serlo de la católica. En la India y otros lugares piensan, creen, en la reencarnación; o sea, si son pobres y sufren, es debido a que en su vida anterior han sido malos, pero si en su exis­tencia actual son buenos, es posible que en su pró­xima vida terrenal se re encarnen en un próspero comerciante; no es resignación cristiana, pero al menos es resignación, actitud, que algunos con­funden con la virtud. Pero creo, insisto, que es mejor la religión católica, pues aunque seas malo, mala persona, y no hayas compartido los bienes que hayas gozado, tal vez conseguidos por el ejer­cicio de la corrupción, por undargariescas influen­cias u otros canales de los que brinda nuestra so­ciedad, si te arrepientes antes de morir, como Faus­to, más allá de las víctimas que hayas dejado por el camino, serás perdonado e irás al cielo; pero si eres currante, también podrás des hipotecar tus menos mortales pecados en el balneario del purgatorio y una vez recuperado acceder al hogar ce­lestial 'ad etemum'.
Tal vez por ello, para beneficiarnos, paternal­mente quieren inducimos a que estudiemos la asignatura de religión en el cole, pero no todas las religiones para que elijamos las que más nos con­venza, como hacemos con las distintas ramas de ciencias o de letras, y comprendamos mejor a nues­tros semejantes, pues piensan que la buena, la más guay, es la católica, apostólica y romana, a pesar de que ni ellos, quienes la imponen, se atre­ven a negar la existencia de la libertad de culto. Tiene su lógica, pues estamos en un país/Esta­do/reino/nación en el que siempre hay alguien que nos explica las cosas, las que no se entienden e incluso las que son comprensibles, algo natural, pues nunca se han propuesto formamos para que deduzcamos por nosotros mismos, no vayamos a luteranizarnos.
Más allá de esperanzarnos en otra vida, la religión es útil pues en su nombre se pueden  postular determinadas con­ductas, pretextos religio­sos que han amparado a veces singulares barba­ries. Recuerdo ahora que los antiguos textos de los pasados planes de Bachi­llerato, en los que se es­tudiaba la historia sagra­da, la moral  y el dogma, decían que no era peca­do matar en guerra jus­ta, aunque en ningún lu­gar indicaba a qué auto­ridad concernía su dicta­men, a pesar de que to­dos sabíamos quién se arrogaba dicha responsa­bilidad. Pero mientras nosotros estudiábamos los libros de Villapun Sancha, otros niños, en otras geografías, se ins­truían en lo que decían diferentes textos que en­señaban otras religiones, mientras rezaban a otro Dios con los mismos propósitos bienintencionados que nosotros, más o menos.
Al igual que uno mama su lengua desde la cuna, más allá de los planes de estudio que también la imponen, lo mismo ocurre con la religión, pocos individuos abandonan la que han aprendido en su círculo familiar, y la que en su entorno les ha catequizado y socializado. Son mínimas las ex­cepciones de quienes lo hacen. Ellos lo saben.
Así, que bueno, que vale, olvidémonos de la solidaria y universal educación ciudadana, que solo sirve para facilitamos una correcta conviven­cia durante los cuatro días del paseo terrenal, y aceptemos la religión impuesta. Además, como se observa entre quienes la practican, no será ne­cesario que cumplamos sus cristianos preceptos para conseguir vivir en la opulencia del triunfo y, por si fuera poco, al final, como está de moda, po­demos oficiar la ceremonia ritual de la petición de disculpas, decir lo siento, y alcanzaremos la gloria tras el generoso perdón.