La libertad

La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres.
El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha.
Miguel de Cervantes

domingo, 30 de diciembre de 2012

PSOE/2013: HOJA DE RUTA

PSOE

En la reciente comparecencia de nuestro secretario general Alfredo Pérez Rubalcaba para valorar el primer año de gobierno del PP, un año lleno de mentiras, recortes, privatizaciones, en resumen, un año dedicado en cuerpo y alma por la derecha a desmontar y liquidar el estado de bienestar, expresó su deseo de que “se hablara de las propuestas y no de los problemas del PSOE”.
Estoy total y absolutamente de acuerdo con este deseo. Ahora bien, pretender que en un sistema democrático y de libertades, y en la era de las redes sociales y la comunicación global e inmediata, no se hable de ‘algo’, es totalmente imposible; sobre todo si ese ‘algo’ existe. Y los problemas en el PSOE, existen, ya lo creo que existen ¡y muy graves!
En nuestros debates internos -y secretos- siempre se insiste en que lo importante son las ideas y las propuestas, y que las personas para llevarlas a cabo son secundarias. ¡Y un jamón con chorreras!, que diría mi tío Zósimo. Las ideas y los proyectos pueden ser extraordinarios y brillantes, pero como las personas que los propongan o lideren no tengan la credibilidad y el prestigio suficiente ante los ciudadanos, los mismos fracasarán desde sus inicios, porque, en la era de la comunicación y la imagen, ni tan siquiera serán escuchados.
Y el PSOE tiene en estos momentos dos problemas fundamentales: una falta absoluta de ideas y proyectos para una sociedad sumida en una grave crisis, no solo económica sino también sistémica; y unos dirigentes nacionales y, en muchísimos casos, también regionales, provinciales y locales, con escasa o ninguna credibilidad, después de haber llevado a este Partido más que centenario, a los peores resultados electorales de nuestra reciente historia democrática. Y además, estos problemas están agravados por la tesis, muy generalizada entre nuestros dirigentes actuales, de que “la culpa no es nuestra, es de la crisis”, y por lo tanto, como le dice Tancredi Falconeri a su tío don Fabrizio Corbera en la novela “Il Gattopardo” de Giuseppe Tomasi di Lampedusa: “si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie”, sobre todo para que no cambien los dirigentes.
Y siguiendo esta postura estratégica, conocida como “gatopardismo”, desde la dirección federal, con el aparente apoyo de la mayoría de las direcciones territoriales, se aplazan sine die las conferencias política y de organización, y se propone como fecha para la celebración de unas ¿primarias? el periodo entre las próximas elecciones municipales y las generales, es decir, en principio, de mayo a octubre de 2015. Me parece sencillamente alucinante y kafkiano.

De derrota en derrota, hasta la derrota final

Esta dirección federal, acompañada por las restantes direcciones territoriales, no solo ha perdido las últimas elecciones generales de 2011. En el año que ha transcurrido desde entonces, hemos perdido las elecciones en Andalucía y Asturias -no nos dejemos engañar por el espejismo de que en ambas comunidades se gobierna-; en Galicia y Euskadi nos han dado un “palo” de envergadura; y en Cataluña hemos pasado a ser la tercera fuerza en número de parlamentarios, y estamos a punto de dejar de presentarnos como PSOE en esta comunidad, que ha sido siempre clave para el resultado electoral en el resto de España.
Pero es que, para mayor abundamiento, a pesar de que el PP y Mariano Rajoy pierden apoyos electorales y valoración en cada nueva encuesta que se realiza, el PSOE y Rubalcaba no solo no suben en esas encuestas sino que también bajan en apoyos y valoración.
Por lo tanto, si como manifiesta nuestro secretario general, debemos conseguir que se hable de las propuestas y no de los problemas del PSOE, tendremos que hacer dos cosas: elaborar esas propuestas y elegir a unos dirigentes con la credibilidad suficiente para explicarlas a la ciudadanía. Y no necesariamente en ese orden.
Si de verdad queremos volver a recuperar la credibilidad entre unos ciudadanos progresistas que están absolutamente huérfanos de liderazgos sociales, y aterrorizados por la deriva que está tomando el país bajo el gobierno de la derecha más neoliberal que nos podíamos imaginar, tenemos la obligación moral y política de “cambiar todo lo que sea necesario, para que nada siga igual que ahora”, por supuesto dentro de nuestros supuestos ideológicos progresistas y socialistas, más necesarios que nunca ante el ataque que se está produciendo contra la clase trabajadora en general. Y para ello, contra lo que mantienen nuestros dirigentes, no tenemos todo el tiempo del mundo, porque los liderazgos y las ideas no se consolidan en cuatro meses, ni en un año.

Calendario para un verdadero cambio de rumbo

El calendario electoral que se plantea para los próximos años, tiene algunas fechas fijas y otras variables. Las elecciones al Parlamento Europeo se celebrarán obligatoriamente entre el 5 y el 8 de junio de 2014. De la misma manera, las elecciones Municipales, y Autonómicas en la mayoría de las comunidades, se celebrarán en la segunda quincena de mayo de 2015. Y, por último, las elecciones Generales se celebrarían en el otoño de ese mismo año, salvo que, ante una eventual mejoría de la situación económica, don Mariano Rajoy no decida adelantarlas.
A la vista de este “panorama” electoral, mi opinión es que de ninguna manera podemos permitirnos el lujo de esperar ni un día más para ponernos a actuar en serio y en profundidad para resolver los dos problemas que antes he expuesto: el programa y las personas.
Así pues, en mi humilde opinión de militante del PSOE desde hace más de 35 años, la Comisión Ejecutiva Federal debería dimitir inmediatamente y nombrarse una Comisión Gestora que organizara, antes del mes de mayo de este año que empieza, la celebración de un Congreso Federal Extraordinario (dejémonos de conferencias y pamplinas que todos sabemos cómo se cocinan) en el que deberíamos revisar y modificar en profundidad nuestras formas y procedimientos: elección de delegados a los congresos; composición y funciones de nuestros comités; apertura de nuestros debates a la sociedad; participación de los simpatizantes en la toma de decisiones; elección por todos los militantes de los secretarios generales en todos los niveles territoriales; lección mediante primarias abiertas a los simpatizantes de los candidatos a alcaldes (condicionado por el tamaño del municipio), presidentes de comunidades autónomas y presidente de gobierno; etc. El primer punto del orden del día de este congreso debería ser el debate y aprobación del procedimiento para elegir al nuevo secretario general, que yo defiendo debería ser por elección directa de todos los afiliados.
La nueva dirección debería convocar de forma inmediata las elecciones primarias, abiertas a los simpatizantes, para la designación de nuestro candidato a la Presidencia del Gobierno. Paralelamente se producirían los congresos de los distintos niveles territoriales, para que antes de finalizar el año 2013 ambos asuntos estuvieran resueltos.
Con una nueva dirección, y con el candidato a las próximas generales ya decidido, el año 2014 debería ser el de la renovación de nuestra oferta programática. Un nuevo Congreso, precedido de un amplio debate abierto a la sociedad -¿recordáis el Programa 2000?- debería conseguir que fuéramos capaces de ilusionar de nuevo a todos esos ciudadanos que ahora mismo se encuentran sin nadie a quién votar para frenar esta deriva neoliberal a la que el PP nos  lleva de forma parece ser que irremediable.
Todas estas actuaciones implicarían la movilización total y absoluta de nuestro Partido y de sus afiliados y simpatizante, con lo que podríamos conseguir el protagonismo social y político que hemos perdido y que tan necesario y urgente es recuperar, y nos situaría frente a las Elecciones al Parlamento Europeo en una situación de movilización total, con nuevas ideas y con nuevas personas encargadas de comunicarlas y explicarlas a los ciudadanos.

Epílogo

Supongo que no me va a hacer caso nadie de los dirigentes de MI PARTIDO, pero al menos digo lo que pienso y me quedo tan a gusto.

Post scriptum.- Según el barómetro de Metroscopia sobre la valoración de 37 instituciones españolas que publica hoy mismo EL PAÍS, los partidos políticos y los políticos ocupan los dos último lugares. Espero que alguien reaccione o la situación puede derivar hacia el populismo y el fascismo.


sábado, 29 de diciembre de 2012

La religión


En las páginas de Opinión de "EL NORTE DE CASTILLA" del 29.12.2012 se publica un artículo de Ángel Luis Inurria bajo el título "La religión".
Dado que no he sido capaz de localizarlo en su edición digital, y como creo que es de mucho interés su lectura, lo publico íntegramente en este blog, para poder difundirlo en las redes sociales.




La religión
Ángel Luis Inurria

“Olvidémonos de la solidaria y universal educación ciudadana, que solo sirve para facilitarnos una correcta convivencia durante los cuatro días de paseo terrenal, y aceptemos la religión impuesta”

Creo que si el hombre fuera inmor­tal no existirían las religiones, y que también, alcanzado dicho es­tado, es posible que aspirara a mo­rir, pues siempre se persigue el sue­ño inalcanzable, el que rechaza la razón, que insiste en recordar nos, aunque está oculta, que tenemos fecha de caducidad. Por ello, conforme pasan, transcurren, los tiempos y los días, surge la incertidumbre sobre el inevitable viaje final, cuyo destino, tan desconocido como temido, se aproxima inexorablemente, día tras día. ¿Cómo puedo dejar de existir, con la enorme intensidad con la que pienso, con la que siento, con la que vivo, con mi inabarcable voluntad de pervivir, y si además no quiero, cómo voy a ir contra mí mismo? Una cosa es el cansancio, refu­giarse en el sueño reparador, dejar de pensar, de ser, de sentir, de existir, pero solo por unas horas, para recargar pilas y retornar a la vida. Pero más allá del deseo, la vida expone a nuestro examen cuerpos sin vida, cadáve­res, y nos adelanta nues­tro propio destino: el sue­ño eterno.
La muerte física es real, vale, se puede ma­tar el cuerpo, privarle de vida, pero... ¿y el alma?, cuyas potencias dicen que son memoria, volun­tad y entendimiento, algo así como el ordena­dor que guía nuestras ac­ciones, incluso cuando dormimos. ¿Seguirá exis­tiendo tras la muerte fí­sica? Los egipcios ya di­ferenciaban entre el 'ba' y el 'ka'. En fin, en cual­quier tesitura podemos aferramos a la esperanza, sin ella se genera la an­gustia, el conflicto exis­tencial que nos conduce a la tragedia, esperanza que encontramos en la religión, mejor dicho en las religiones, que las hay  para todos las gustos.
Puestos a creer, es decir, ser creyentes, lo más aconsejable es serlo de la católica. En la India y otros lugares piensan, creen, en la reencarnación; o sea, si son pobres y sufren, es debido a que en su vida anterior han sido malos, pero si en su exis­tencia actual son buenos, es posible que en su pró­xima vida terrenal se re encarnen en un próspero comerciante; no es resignación cristiana, pero al menos es resignación, actitud, que algunos con­funden con la virtud. Pero creo, insisto, que es mejor la religión católica, pues aunque seas malo, mala persona, y no hayas compartido los bienes que hayas gozado, tal vez conseguidos por el ejer­cicio de la corrupción, por undargariescas influen­cias u otros canales de los que brinda nuestra so­ciedad, si te arrepientes antes de morir, como Faus­to, más allá de las víctimas que hayas dejado por el camino, serás perdonado e irás al cielo; pero si eres currante, también podrás des hipotecar tus menos mortales pecados en el balneario del purgatorio y una vez recuperado acceder al hogar ce­lestial 'ad etemum'.
Tal vez por ello, para beneficiarnos, paternal­mente quieren inducimos a que estudiemos la asignatura de religión en el cole, pero no todas las religiones para que elijamos las que más nos con­venza, como hacemos con las distintas ramas de ciencias o de letras, y comprendamos mejor a nues­tros semejantes, pues piensan que la buena, la más guay, es la católica, apostólica y romana, a pesar de que ni ellos, quienes la imponen, se atre­ven a negar la existencia de la libertad de culto. Tiene su lógica, pues estamos en un país/Esta­do/reino/nación en el que siempre hay alguien que nos explica las cosas, las que no se entienden e incluso las que son comprensibles, algo natural, pues nunca se han propuesto formamos para que deduzcamos por nosotros mismos, no vayamos a luteranizarnos.
Más allá de esperanzarnos en otra vida, la religión es útil pues en su nombre se pueden  postular determinadas con­ductas, pretextos religio­sos que han amparado a veces singulares barba­ries. Recuerdo ahora que los antiguos textos de los pasados planes de Bachi­llerato, en los que se es­tudiaba la historia sagra­da, la moral  y el dogma, decían que no era peca­do matar en guerra jus­ta, aunque en ningún lu­gar indicaba a qué auto­ridad concernía su dicta­men, a pesar de que to­dos sabíamos quién se arrogaba dicha responsa­bilidad. Pero mientras nosotros estudiábamos los libros de Villapun Sancha, otros niños, en otras geografías, se ins­truían en lo que decían diferentes textos que en­señaban otras religiones, mientras rezaban a otro Dios con los mismos propósitos bienintencionados que nosotros, más o menos.
Al igual que uno mama su lengua desde la cuna, más allá de los planes de estudio que también la imponen, lo mismo ocurre con la religión, pocos individuos abandonan la que han aprendido en su círculo familiar, y la que en su entorno les ha catequizado y socializado. Son mínimas las ex­cepciones de quienes lo hacen. Ellos lo saben.
Así, que bueno, que vale, olvidémonos de la solidaria y universal educación ciudadana, que solo sirve para facilitamos una correcta conviven­cia durante los cuatro días del paseo terrenal, y aceptemos la religión impuesta. Además, como se observa entre quienes la practican, no será ne­cesario que cumplamos sus cristianos preceptos para conseguir vivir en la opulencia del triunfo y, por si fuera poco, al final, como está de moda, po­demos oficiar la ceremonia ritual de la petición de disculpas, decir lo siento, y alcanzaremos la gloria tras el generoso perdón. 

martes, 13 de noviembre de 2012

14N, HUELGA GENERAL

Para mañana 14 de noviembre, los principales sindicatos de este país, con el apoyo de  un buen número de organizaciones y movimientos sociales y ciudadanos –más de doscientos- integrados en la Cumbre Social, han convocado una Huelga General contra las políticas económicas y sociales del gobierno del Partido Popular.
No es una huelga más. Es un intento de parar el país, no solo en los centros de trabajo, sino también en el consumo, en los transportes, etc.; en resumen, en la actividad diaria de un país que está padeciendo la peor crisis económica y sistémica de los últimos años.
Lo que se espera de nosotros es que, cada uno en su ámbito, colabore en el cese de todo tipo de actividad. Los trabajadores y trabajadoras, no acudiendo a sus puestos de trabajo; los estudiantes, no asistiendo a clase; los padres y madres de alumnos, no mandando a sus hijos al colegio o instituto; y los ciudadanos en general, cesando, al menos por un día, en sus hábitos de consumo y en las actividades diarias y normales.
Nos jugamos mucho mañana. Y nos lo jugamos los españoles y las españolas. No se lo juegan “los sindicatos”, como desde el facherío periodístico, mediático y político se nos quiere hacer creer. Nos lo jugamos todos y cada uno de nosotros.
Nos estamos jugando que con la disculpa de la crisis, y con el miedo metido en el cuerpo por culpa de la misma, los que de verdad mandan en este país y en el mundo terminen de liquidar el estado de bienestar que tanto nos estaba costando consolidar en este país de nuestros sufrimientos.
Nos jugamos que la presencia del estado y de lo público, como elementos de solidaridad y correctores de las desigualdades, sea cada vez menor hasta quedar reducido a la mínima expresión.
Nos jugamos la pérdida de los derechos de los trabajadores, con la generalización de los despidos cada vez más baratos para los empresarios y también la progresiva pérdida del derecho a las distintas prestaciones a los parados.
Nos jugamos que el entramado de prestaciones sociales de todo tipo (educación y sanidad públicas y de calidad para todos y todas; sistema de pensiones públicas equitativo, solidario y con futuro; atención a la dependencia y a los que sufren cualquier tipo de minusvalía física o psíquica; etc.), se vea reducido a la mínima expresión de tal forma que, más que un ejercicio de derechos solidarios, sea una vuelta a la “beneficencia” que creíamos desaparecida por innecesaria desde hace muchos años.
Pero también nos estamos jugando un importante y grave retroceso de nuestros derechos y de nuestras libertades públicas y ciudadanas. Este gobierno quiere restringir la libertad de información (no grabar imágenes de las actuaciones policiales en las manifestaciones); nuestra trabajosamente conseguida libertad de reunión y manifestación; libertad de casarse (o no casarse) cuándo y con quién quieras; el derecho a una justicia verdaderamente “justa” y gratuita para las personas sin recursos; el derecho de las mujeres a decidir sobre su maternidad; etc.
Y nos lo jugamos, insisto, todos. Hombres y mujeres; urbanitas o del mundo rural; autónomos y trabajadores con empleo o parados; jóvenes, estudiantes o en busca de su primer empleo; jubilados y pensionistas; sanos y enfermos; válidos y dependientes; consumidores; padres y madres de alumnos.
Y por todo eso, yo, jubilado y, de momento, no dependiente,
MAÑANA PARARÉ Y ASISTIRÉ A LA MANIFESTACIÓN EN PALENCIA
No lo olvides: 19:00 horas en el parque del Salón

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Matrimonios gay: siete años de incertidumbre

En las elecciones generales de 2004 el PSOE se presentaba a las mismas con un programa electoral que, entre otras medidas, contemplaba la modificación del Código Civil para "permitir el matrimonio entre parejas del mismo sexo y el ejercicio de cuantos derechos conlleva".
Tras las elecciones que dieron el triunfo al PSOE y la elección de José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del gobierno, y tras un duro y largo debate, el 30 de junio de 2005 se aprobó la Ley 13/2005, de 1 de julio, por la que se modifica el Código Civil en  materia de derecho a contraer matrimonio.
Dicho precepto legal modificó varios artículos del Código Civil, pero la más sustancial de todas esas modificaciones, fue la adicción de un nuevo párrafo al artículo 44: "El matrimonio tendrá los mismos requisitos y efectos cuando ambos contrayentes sen del mismo o diferente sexo".

Los ánimos de la jerarquía católica y del sector más conservador de la derecha española y del PP, que habían luchado con todas sus armas durante la tramitación de esta ley, se encresparon de forma definitiva.
Así, los españoles fuimos testigos de una ola de manifestaciones, encabezadas por las cúpulas de la Iglesia Católica y del Partido Popular, y de un montón de declaraciones contra esta ampliación de derechos. Entre otras, y totalmente apoteósicas, las de doña Ana Botella, actual alcaldesa de Madrid y esposa del anterior presidente del Gobierno José María Aznar, en su famosa metáfora de "las peras y las manzanas".



Todo esa inquina y mala baba contra una ley que, por supuesto, no obliga a nadie a casarse, pero si amplía y garantiza los derechos a hacerlo a todas las personas sea cual sea su orientación sexual, tuvo su culminación en el recurso de incostitucionalidad interpuesto por el PP contra la misma, que por fin, tras siete años de largas y sesudas deliberaciones de los integrantes del Tribunal Constitucional, se ha resuelto ayer mismo con la declaración de consitucionalidad de la citada Ley 13/2005.
Esperemos que con esta resolución del máximo interprete de nuestra Carta Magna, se ponga fin a años y años de dudas e incertidumbres para más de 22.000 parejas de gays y lesbianas que durante los mismos han contraído matrimonio y han podido, por fin, conformar una familia. Y eso a pesar de las reacciones de la más rancia carcundía nacional que hoy mismo recogían algunos de los medios de la derecha periodística de este país.
¡ENHORABUENA A TOD@S!

P.D. Hoy mismo está previsto que el gobierno socialista de nuestros vecinos fanceses apruebe una ley similar a la española. Al menos por una vez, hemos sido pioneros en algo.

sábado, 27 de octubre de 2012

Democracia en crisis

La crisis económica y sistémica en que estamos inmersos los países de la Unión Europea, y el desprestigio de la “política” y de los “políticos” que cada vez es asumido por más y más ciudadanos, está llevando a muchos de ellos a plantearse la duda sobre si el sistema democrático está en crisis, e incluso si no ha llegado el momento de sustituirlo por otro. Pero la pregunta del millón es ¿por cuál?


La democracia parlamentaria o representativa, por muy necesaria que sea, se muestra hoy en día insuficiente, y es preciso reconocerlo así en el momento en que corre el peligro de desvirtuarse, de provocar el distanciamiento, la desafección o el desinterés de los ciudadanos, o se manifiesta incapaz de afrontar los grandes desafíos del mundo globalizado.

Ante esta situación, aparece cada vez con más fuerza el concepto de democracia participativa, como el modelo capaz de producir y provocar una regeneración de la política y de los políticos que han de servir a la comunidad. Pero esta democracia participativa, pese a sus indudables virtudes para revitalizar el espíritu comunitario, la solidaridad y el civismo, también representa algunos peligros como la escasa representatividad o "el liderazgo de hecho por parte de aquellos que tienen el vicio de apoderarse de la palabra" (Edgar Morin).

En este mismo sentido de los riesgos y peligros que se deben tener en cuenta a la hora de plantearse la democracia representativa, Giovanni Sartori, Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 2005, advierte sobre el alcance que debe tener la democracia participativa, pues puede llevar al desbordamiento de la democracia representativa, tratando de sustituirla por una democracia “directa o más auténtica”. Este planteamiento, una de las mayores amenazas que acechan a los sistemas democráticos, sería el de los “perfeccionistas” que reclaman la vigencia de la "verdadera democracia", y que a finales de los años sesenta del siglo XX, desarrollaron la idea, infantil y peligrosa, de proponer un modelo de "ciudadano que vive para servir a la democracia en lugar de una democracia que existe para servir al ciudadano". A los integrantes de este modelo solo parece interesarlos el asamblearismo que permite a pequeños grupos de activistas apoderarse de la palabra, convirtiéndose en vanguardias dirigentes de las masas.

Frente a estos riesgos, el republicanismo cívico dio origen al concepto de “ciudadanía participativa” como servicio desinteresado al Estado, como contrapunto vigente aún en nuestros días, a la “ciudadanía liberal”, centrada en la exclusiva defensa de un estatuto de derechos y ventajas privadas e individuales. Igualmente, en le última mitad del siglo XX, surgieron cada vez con más con fuerza las exigencias de participación de los ciudadanos en consultas o en órganos colegiados de intervención diversos, como vecinos de barrios y ciudades, consumidores, usuarios de servicios públicos, administrados, trabajadores, funcionarios, o de activistas de organizaciones no gubernamentales, decididos a ser escuchados y a colaborar en la realización de fines de interés general. Nuestra propia Constitución de 1978 recoge este concepto de democracia participativa en algunos de sus preceptos. Un ejemplo claro de esto es el artículo 27 referido a la educación, que en su apartado 7, reconoce a la comunidad escolar el derecho a intervenir en “el control y en la gestión" de los centros públicamente financiados y en la programación general de la enseñanza. (1)

Hoy, la deteriorada salud de la democracia representativa, el descrédito de quienes la protagonizan y la desafección de muchos ciudadanos que tienen la sensación creciente de ser ignorados y también expropiados arbitrariamente de algunos de sus derechos sociales y políticos contribuyen al empobrecimiento ante la opinión pública del elemento vital de sustentación de todo régimen democrático, que es la soberanía popular. Por ello es legítimo plantear que la participación activa de los ciudadanos en los asuntos públicos y de interés colectivo puede contribuir a la revitalización del sistema democrático en su conjunto y a la recuperación, tan necesaria, de la política; especialmente si consideramos que la democracia, además de ser un sistema de gobierno y un procedimiento formalizado para la elección de representantes y gobernantes, es también una forma de vida y un logro de civilización, pero no sólo de la heredada de la Grecia clásica, sino especialmente la que debiera considerarse propia del presunto triunfo global de la democracia en el siglo XXI.

Como alternativa complementaria, y no sustitutiva, de la democracia parlamentaria y representativa, la democracia participativa debe construir un permanente diálogo civil entre los poderes públicos y los ciudadanos constituidos no como asambleas entregadas a la espontaneidad y a la improvisación. Al contrario, nos debe llevar, en primer lugar, a una mayor y más ordenada frecuencia de consultas populares, a nivel local, regional, sectorial o nacional, para garantizar el consentimiento explícito de los ciudadanos sobre muchas decisiones importantes de los poderes públicos que les afectan, pero que habitualmente les son sustraídas.

En segundo lugar, el diálogo civil debe establecerse como una tarea permanente, reconocida y ordenada entre los poderes públicos y otras entidades cívicas y representativas que conforman lo que viene denominándose la "sociedad civil organizada". Se trataría con todo ello de dotar de un mayor grado de legitimidad y aceptación a muchas e importantes decisiones de las Administraciones y poderes públicos, sin que por ello la atribución competencial que les corresponda deba ser cuestionada.

Porque la democracia participativa no deber perseguir la sustitución de la democracia representativa, sino que debe configurarse como un estímulo y un procedimiento complementario para conseguir la mayor efectividad de la cultura democrática en su conjunto.

Pero también es necesario e imprescindible que estos planteamientos de participación y de activismo democrático, sean asumidos por las organizaciones que constitucionalmente tienen atribuida la misión de expresar el pluralismo político, concurrir a la formación y manifestación de la voluntad popular y ser el instrumento fundamental [no el único] para la participación política: los partidos políticos. Si estos no lo asumen, corren el riesgo cierto de ser barridos por el pueblo al que deben representar, y ser sustituidos por el primer “populista iluminado” que, como la historia ha demostrado en variadas ocasiones, nos conduciría al “fascismo”. Y los partidos políticos de izquierdas y progresistas, deberían ser los más interesados en que esto no ocurra.

Si esta “crisis” que, como afirmé al principio, es tanto económica como sistémica, sirve para que salga fortalecido el sistema democrático, haciéndolo más participativo, algo bueno habremos sacado de ella.



(1)Por cierto, el Anteproyecto de Ley Orgánica de Mejora de la Calidad de la Educación (LOCME) de los señores Rajoy y Wert, pretende eliminar de un plumazo este principio consagrado en nuestra Constitución.

lunes, 1 de octubre de 2012

Debilidad por la foto

Aunque no suelo publicar en este blog artículos completos escritos por otras personas y publicados en medios de comunicación, en este caso voy a hacer una excepción, con mi buen amigo Pedro Vicente su artículo publicado en el periódico "El Norte de Castilla" el lunes día 1 de octubre de 2012. Yo no lo podría escribir mejor.
Solamente me he permitido resaltar en negrita algunos pasajes del mismo.


Debilidad por la foto
Pedro Vicente. El Norte de Castilla

A comienzos de septiembre se tuvo noticia de que el Comité Federal del PSOE, máximo órgano del partido, acordaba endurecer la línea de oposición de los socialistas frente a las políticas del Partido Popular. Así que era cuestión de ver cómo se concretaba ello en el ámbito autonómico y en particular respecto a la Junta de Castilla y León. Dos sesiones plenarias han celebrado las Cortes desde entonces y de ese giro hacia una oposición más incisiva no hemos tenido el menor atisbo. Y como sea que el portavoz socialista en el “mausoleo” de Villa del Prado es a la vez el secretario federal de Organización del PSOE, se descarta que la consigna emitida desde Ferraz no haya llegado a la terminal socialista en la comunidad. Contrasta además el vigor mostrado por Óscar López al valorar la actuación del Gobierno de Rajoy con su falta de contundencia frente al de Juan Vicente Herrera.
No había que indagar demasiado para encontrar la causa y razón de tan distinta modulación. Esa laxitud en la oposición socialista a la Junta obedece a que el PSOE y el PP mantienen abiertas desde hace semanas varias mesas de negociación en busca de posibles “pactos de comunidad” sobre otras tantas materias. Y se ve que para no poner en peligro esos posibles acuerdos, los socialistas han aflojado -todavía más- su ya de por sí históricamente flácida labor opositora.
Intrínsecamente, los pactos políticos no son ni positivos ni negativos. Depende de su oportunidad y de su contenido. El pacto de Toledo, qué reguló el sistema de pensiones y su revalorización, fue por ejemplo un acuerdo encomiable que consolidó una gran conquista social, por cierto ahora amenazada. Por el contrario, la reforma constitucional perpetrada de mala manera hace un año fue un pacto de lo más nefasto, ya que ha proporcionado la excusa perfecta para justificar el actual desmantelamiento del estado de bienestar.
En general, los pactos políticos alcanzados en Castilla y León, tanto los declarados como los secretos, han beneficiado siempre al PP y a la Junta, sin que el PSOE haya rentabilizado casi nunca su firma, si es que no ha salido trasquilado. Ha sido una constante desde la etapa de Jesús Quijano a la de Óscar López, pasando por la de Ángel Villalba. Particularmente acusado ha sido el fervor pactista de López, achacable sin duda a su obsesión personal por la cuota de pantalla. Su convencimiento de que la firma de cualquier pacto con el presidente de la Junta reforzaba su imagen como alternativa de poder le jugó muy malas pasadas. La foto de pactos, por otra parte tan fallidos, como el de la fusión de las cajas o el Plan de Convergencia, no le salvó de protagonizar los peores resultados obtenidos por el PSCL-PSOE en unas elecciones autonómicas. Y para mayor inri, después de que el otro firmante, Juan Vicente Herrera, le ninguneara malamente, negándose a debatir con él durante la campaña electoral.
Por lo que parece, el nuevo secretario autonómico, Julio Villarrubia, no ha escarmentado en cabeza ajena y ha entrado también al señuelo de los pactos -alguno de ellos, verdaderas trampas- de la Junta. Ahora sería él el que se pirra por la foto, curiosamente puede que tratando de ganar presencia ante la soterrada pugna abierta con López por encabezar el cartel socialista en las autonómicas de 2015. Se cuenta que Villarrubia estaba decidido ya a pactar en barbecho el controvertido modelo territorial propuesto por la Junta y que ha sido el guirigay interno surgido dentro del PP lo que ha chafado el acuerdo.
El deprimente marco presupuestario tanto del Estado como de la comunidad autónoma, con nuevos recortes para dar y tomar, no parece el mejor escenario para fraguar pactos entre populares y socialistas. Pero, vista la debilidad de algunos por salir en la foto, cualquier cosa es posible.

martes, 18 de septiembre de 2012

La “carta del Rey”

En la recién estrenada página web de la Casa Real, el Jefe del Estado se nos despacha con una carta en la que, entre otras cosas, apela a los “valores de la Transición Democrática” para que “todos unidos” seamos capaces de salir de estos momentos de “difícil coyuntura económica, política y también social que atravesamos”.

Antes de exponer las opiniones que esta carta me merece, quisiera recordar, pues parece que todos los analistas que hasta este momento he leído lo han olvidado, lo que la Constitución Española de 1978 dice respecto de las funciones y la responsabilidad del Rey como Jefe del Estado:

Artículo 56
1. El Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones, asume la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales, especialmente con las naciones de su comunidad histórica, y ejerce las funciones que le atribuyen expresamente la Constitución y las leyes.
2. Su título es el de Rey de España y podrá utilizar los demás que correspondan a la Corona.
3. La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad. Sus actos estarán siempre refrendados en la forma establecida en el artículo 64, careciendo de validez sin dicho refrendo, salvo lo dispuesto en el artículo 65.2.
(El subrayado en negrita es mío)

Es decir, que en función de dicho artículo de nuestra carta magna, tengo que dar por supuesto que la cartita de marras era conocida por el Gobierno antes de su publicación, y además que tiene el refrendo del mismo, dado que la persona del Rey “no está sujeta a responsabilidad”, siendo responsable el gobierno de “todos” sus actos como Jefe del Estado.

Aclarado lo anterior y sabiendo de quien es la responsabilidad de la carta, la misma se las trae con abalorios, que decía mi madre cuando algún tema le parecía peliagudo.

Dice el Gobierno, por boca del Rey, que “solo superaremos las dificultades actuales actuando unidos, caminando juntos, aunando nuestras voces, remando a la vez”.
Totalmente de acuerdo, pero con un matiz muy importante: ¿en qué dirección remamos? ¿En la que nos marca este gobierno de neoliberales y que nos lleva derechos a la destrucción del estado de bienestar? Lamento mucho decirle a Su Majestad que para remar en ese camino no cuente con mis brazos.

A continuación afirma que “Estamos en un momento decisivo para el futuro de Europa y de España y para asegurar o arruinar el bienestar que tanto nos ha costado alcanzar.” Ahí estoy totalmente de acuerdo, el problema es que este gobierno nos lleva directos a “arruinar” y no a “asegurar” ese bienestar.

Y más adelante asegura: “No son estos tiempos buenos para escudriñar en las esencias ni para debatir si son galgos o podencos quienes amenazan nuestro modelo de convivencia.” Y aquí mi discrepancia es total y absoluta con el Rey (es decir con el Gobierno). Es que, Majestad, en la diferencia entre “galgos y podencos” nos jugamos mucho. No es ni mucho menos lo mismo una salida de la crisis que nos atenaza mediante medidas neoliberales, que pongan la prioridad en el recorte del gasto y en el control de déficit público, siempre a costa de los mismos, lo que llevará sin remedio a la destrucción del estado de bienestar (podencos); que otro camino (los galgos), que lo haga priorizando el mantenimiento de las conquistas sociales tan difícilmente conseguidas por los españoles en los últimos 30 años, mediante políticas fiscales progresistas y progresivas que hagan pagar más al que más tiene.

Pero es que además, eso de que “No son estos tiempos buenos para escudriñar en las esencias ni para debatir….”, tiene un tufillo antidemocrático que no me gusta un pelo, pues precisamente la esencia de una sociedad democrática es la contraposición de distintas formas de hacer política, sobre la que los ciudadanos se tienen que pronunciar en las elecciones.
La frasecita me recuerda demasiado las estrofas de un himno fascista que decía algo así como “todos juntos en unión, defendiendo la bandera de la santa tradición”.

Así que por favor, señores del Gobierno, no utilicen la figura del Rey para hacernos comulgar con ruedas de molino.

ANEXO 24/09/2012
El Rey entregó en mano el texto a Mariano Rajoy el lunes, durante el despacho que mantienen habitualmente ese día ambos en el palacio de La Zarzuela. El presidente del Gobierno no cambió ni una coma y estuvo de acuerdo con su difusión. Y es que don Juan Carlos está sujeto a lo que marca la Constitución y el Ejecutivo. Sus discursos los escribe el Gobierno, salvo el de Navidad, que se redacta en su secretaría aunque posteriormente se pide el plácet del Ejecutivo.
EL PAÍS 24/09/12





domingo, 2 de septiembre de 2012

Programas incumplidos o estafa electoral

La "democracia representativa" es el menos malo de los sistemas de gobierno que de momento se conocen. Mediante este sistema, el pueblo (demos) ostenta el poder (kratos) ejerciendo su soberanía mediante representantes políticos elegidos de forma periódica por el procedimiento de elección universal, directa y secreta. En las modernas democracias burguesas occidentales, estos representantes están encuadrados en partidos políticos, y se presentan ante los ciudadanos con distintos programas electorales que, se supone, van a constituir su línea de actuación en el gobierno, en el caso de que el pueblo les elija para ejercerlo. La ciencia política ha desarrollado diversos procedimientos para trasladar el voto de los ciudadanos al número de parlamentarios de cada una de las formaciones políticas.
En concreto, en España, esta traslación se hace mediante un procedimiento matemático conocido como Sistema D'Hont, corregido mediante unos porcentajes de exclusión que tienen como objetivo teórico evitar la excesiva atomización de las cámaras legislativas, y que en la práctica favorece a los grandes partidos, o a los pequeños que se presentan solamente en un limitado número de circunscripciones electorales.

Mediante este sistema, que tiene sus defectos pero que es el que de momento está establecido en nuestra Constitución de 1978 y en las subsiguientes leyes electorales que la desarrollan, hace escasamente un año el Partido Popular, con don Mariano Rajoy como "cabeza de cartel", fue elegido por los españoles para gobernar el país con "mayoría absoluta".
Este partido, que en la sociedad española representa a una amplia gama del espectro político que va desde el centro hasta la extrema derecha, se presentó a las elecciones con un programa electoral bastante ambiguo en cuanto a los contenidos, y muy abstruso en cuanto a las formas, de modo que no había manera de saber exactamente y con claridad que es lo que iban a hacer en el caso de ganar las elecciones.

A pesar de este "ocultismo electoral", a lo largo de la campaña, y en el único debate entre los dos principales candidatos, se pudieron ir conociendo algunos aspectos del mismo. Sobre todo, algunas de las que el señor Rajoy llamó "líneas rojas" y que, según afirmó con esa rotundidad y solemnidad que caracteriza a los dirigentes de la derecha española, "jamas traspasaría":
Nunca subiría impuestos, y no se tocarían ni la educación, ni la sanidad, ni las pensiones.

¡JODER CON LAS LÍNEAS ROJAS!

Respecto a los impuestos, en menos de un año, ha incrementado el IRPF y el IVA.
En educación, se ha cargado la asignatura de educación para la ciudadanía y los derechos humanos, ha modificado la ratio profesor alumnos, se ha cargado a un montón de profesores interinos, ha incrementado el número de horas al profesorado y les ha bajado el sueldo a los docentes de la escuela pública. Y no se sabe que van a hacer con el cuarto curso de ESO.
En sanidad, también ha disminuido personal y les ha reducido el salario, y ha excluido de un plumazo a un gran número de beneficiarios del sistema público de sanidad, cargándose el principio de universalidad del mismo; y su ministro de justicia, el otrora representante del sector "progresista del PP" (si es que hay un sector progresista) señor Gallardón, la tiene tomada con la legislación sobre el aborto, y veremos en que termina.
Solamente le quedan las pensiones, y ¡veremos qué pasa antes del 31 de diciembre!
Si en una democracia representativa como la nuestra, los programas electorales con los que los partidos se presentan ante los ciudadanos periódicamente, se pueden considerar un "contrato verbal" entre estos y sus representantes democráticamente elegidos, lo ocurrido durante este año se puede considerar una auténtica "estafa electoral". En el ámbito civil, las estafas o los incumplimientos de contratos, se resuelven en los tribunales de justicia. En el político, se resuelven en las urnas.

En conclusión, si queremos que nuestro sistema político sea en verdad democrático; si no queremos que los ciudadanos cada día se alejen más de la "cosa pública" y se incremente peligrosamente la sensación de que la "política" no sirve para resolver los problemas del pueblo al que se debe, el señor Rajoy debería disolver las cámaras y convocar elecciones, presentándose ante los electores con un programa electoral que contenga lo que de verdad pretende hacer con este país.

viernes, 20 de julio de 2012

El pueblo unido, jamás será vencido

Fotografía "El Norte de Castilla"
Ayer, en la manifestación de Palencia, comencé a pensar que esta situación tiene remedio. Que los ciudadanos de toda edad y condición, no están dispuestos a dejar que se desmantele el "estado de bienestar" sin dar la batalla para intentar impedirlo.
Jóvenes estudiantes, mineros, trabajadores de SEDA o RENFE, pensionistas, funcionarios, amas de casa, padres de alumnos, maestros, bomberos, médicos, enfermeros, pequeños empresarios y autónomos, todos estamos siendo agredidos por las fuerzas de la derecha económica y política, bajo la cobertura del miedo que les proporciona la  "crisis".
No nos podemos dejar engañar.
¡OTRAS SOLUCIONES SON POSIBLES! y debemos exigir que se intenten.
Como dice una vieja canción de Quilapayún, ¡EL PUEBLO UNIDO, JAMÁS SERÁ VENCIDO!

domingo, 1 de julio de 2012

Los partidos políticos, ¡SUSPENDIDOS!

EL PAÍS. 01/07/2012
José Juan Toharia publica en EL PAÍS de hoy un análisis sobre la opinión que diversas instituciones y grupos sociales les merecen a los españoles, que titula "Qué funciona para el español"

En su análisis no lo cita, pero en el cuadro que adjunta aparecen "los partidos políticos", en el último lugar, con un diferencial de ¡-79! entre el porcentaje de los que aprueban la forma en la que están desempeñando sus funciones, solamente el 9%, y los que la desaprueban, que sube hasta un alarmante y escandaloso ¡88%!

Llevo bastante tiempo escribiendo y opinando que esta situación, que por cierto no es nueva, representa un gran peligro para nuestro sistema democrático, en el que "los partidos políticos expresan el pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la participación política. Su creación y el ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto a la Constitución y a la ley. Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos." (Artículo 6 de la Constitución Española de 1978)

La desafección de los ciudadanos de un país hacia sus instituciones políticas en general, y a los partidos en particular, ha llevado históricamente a la aparición en esos paises de "salvapatrias" populistas y demagogos con claras tendencias fascistas, que pueden incluso alcanzar el poder de forma democrática. El aumento del voto a partidos ultranacionalistas, xenófobos y claramente fascistas en paises de nuestro entorno de la Unión Europea, es un claro y premonitorio aviso que no podemos dejar de observar con preocupación.


Y lo peor de todo ello es que los principales responsables de este deterioro de la imagen de los partidos políticos, son los mismo partidos políticos. Los escándalos de corrupción y la falta de una reacción contundente y sin miramientos ante los corruptos, la falta de claridad en su financiación, el oscurantismo con el que funcionan internamente, la falta de renovación de sus dirigentes, etc., son algunas de  las causas que, desde mi humilde opinión, están provocando esta caida vertiginosa en el prestigio de los mismos.

Este problema no es de uno u otro partido. Es de todos los partidos que se sientan democráticos y que crean que este modelo constitucional del que nos dotamos hace ya casi 34 años, es el mejor que los españoles hemos disfrutado a lo largo de nuestra reciente historia.
Así que, o se ponen inmediatamente a la tarea de recuperar ese prestigio y credibilidad, o la cosa se puede poner muy, pero que muy, fea.

Un sistema de financiación claro y trasparente, la apertura a la sociadad de sus debates y de sus sistemas de elección, la renovación de sus proyectos y mensajes y, consecuentemente con esto, de sus dirigentes, son tareas no ya necesarias sino URGENTES.

Esconder la cabeza debajo del ala ante la actual situación, como hacen los avastruces, nos conducirá irremediablemente al desastre.

domingo, 17 de junio de 2012

El PSOE en la "inopia"

Hoy se hace público un sondeo de la empresa Metroscopia para EL PAÍS que , aunque sobre una muestra de 600 individuos y con un margen de error para datos globales de 4,1 puntos, creo que merecería la pena que analizáramos.

Una primera apreciación es que los ciudadanos valoran más a quien da la cara que al que se oculta y escaquea. Me explico.
A pesar de que el 43% de los ciudadanos piensa que el  "rescate" de la banca española es negativo (46% que es positivo) y que el 46% piensa que el coste del mismo va a terminar siendo pagado por el Estado, es decir todos y todas, frente a solo un 10% que piensa que lo van a pagar los bancos, un 43% de los encuestados opina que Luis de Guindos, ministro de Economía, lo ha hecho bien o muy bien en este proceso.
Es decir que, a pesar de los pesares, el que da la cara la salva.
Porque esos mismos encuestados opinan mayoritariamente (47%) que nuestro ilustre presidente del Gobierno, don Mariano Rajoy, el máximo responsable de cualquier acción del Gobierno y que desapareció durante las horas clave del proceso, actuó mal o muy mal, frente a un 40% que piensa que lo hizo bien o muy bien.

Este mismo sondeo también ha preguntado sobre el papel del líder del PSOE y Secretario General de mi partido, Alfredo Pérez Rubalcaba, en este enrevesado asunto del "rescate". Y esta opinión si que me afecta y me importa, y creo que debería hacer pensar a los dirigentes y a los afiliados del PSOE.
Y es que nada más y nada menos que el 54% de los preguntados piensa que ante este asunto concreto, Pérez Rubalcaba ha actuado mal o muy mal; solamente el 25% opina que lo ha hecho bien o muy bien; y el 12% regular.

Y mientras los ciudadanos piensan esto, nosotros ¿qué hacemos? Reelegir a los mismos que nos han llevado a la mayor derrota electoral de nuestra reciente historia. Continuar echando la culpa de la misma a la crisis. Seguir con el mismo discurso ambiguo e indefinido.
En definitiva, dejarnos llevar al desastre total por aquellos que piensan que lo mejor es aguantar, porque tienen el puesto asegurado. Es decir, que "ande yo caliente, riáse la gente".

A este paso, tarderemos muchos, muchos años, en recuperarnos como referente de la izquierda de este país, si es que algún día lo hacemos, y mientras tanto no surge una opción populista y de extrema derecha que aglutine el descontento de amplias capas de la sociedad, como ya se vislumbra en algunos países de nuestro entorno.

Nuestros actuales dirigentes, a casi todos los niveles, han perdido ante la ciudadanía su legitimidad. Y de poco o nada nos servirá pensar que el tiempo hará que la recuperen.
Necesitamos de manera urgente un nuevo proyecto, un nuevo discurso y unos nuevos dirigentes.

viernes, 18 de mayo de 2012

22 DE MAYO: POR LA ESCUELA PÚBLICA

La Plataforma Provincial por la Escuela Pública, Laica y Gratuita de Palencia (integrada por CCOO, CGT, Europa Laica, FAPA, IU, Liga Palentina de la Educación y STE) apoya la jornada de lucha y la huelga estatal en la enseñanza pública convocada por los sindicatos del profesorado presentes en la mesa sectorial de Educación para el martes 22 de mayo, y anima a la Comunidad Educativa y a la ciudadanía en general a participar tanto en la concentración que se realizará en la Plaza Mayor de Palencia (y en la Plaza de la Constitución de Guardo) ese mismo día a las 12 horas del mediodía, así como en la manifestación que partirá a las 19 horas desde el Parque del Salón hasta la Subdelegación del Gobierno.


Esta movilización se realiza en el marco de la diversidad de actuaciones en defensa de la Educación Pública, del Estado del Bienestar y de los servicios públicos en general, para manifestar la oposición de la ciudadanía a la política de recortes y desmantelamiento del estado del bienestar que está impulsando el gobierno. Desde la Plataforma Palentina por la Escuela Pública, Laica y Gratuita apoyamos y seguiremos apoyando cuantas actuaciones reivindicativas se realicen en los centros educativos y a un nivel más centralizado, animando al profesorado, estudiantes, familias, instituciones y a la ciudadanía en general a que se implique en las mismas.

HAY MOTIVOS

miércoles, 16 de mayo de 2012

La quiebra del estado de bienestar

La ciencia política ha considerado tradicionalmente el Estado de Bienestar como el concepto para designar una propuesta política o modelo general del Estado y de su organización social, según la cual éste provee de servicios o garantías sociales a la totalidad de los habitantes de un país. Este concepto o categoría política tiene su origen en el año 1945, tras el tremendo trauma que supuso la Segunda Guerra Mundial y la precedente crisis generalizada de los años 30 conocida como la Gran Depresión.


De forma muy resumida, y para que quepa en este breve artículo, se podría afirmar que el estado de bienestar es el resultado de un gran pacto entre las dos grandes corrientes políticas que se enfrentaban en la mitad del siglo pasado, el capitalismo y el socialismo, es decir, los capitalistas y la clase trabajadora.

Mediante dicho pacto o contrato social, la clase trabajadora acepta el mercado y renuncia a una de sus principales reivindicaciones políticas, la posesión de los instrumentos de producción, a cambio de que los capitalistas aceptaran que el estado, mediante un progresivo y proporcional sistema impositivo, recaudara los recursos suficientes para proveer a la totalidad de la población de los servicios sociales básicos: condiciones dignas en el trabajo, educación, sanidad, pensiones, etc.

Como resultado de este contrato social, durante la segunda mitad del siglo XX se fueron desarrollando, principalmente en Europa, los distintos modelos del estado de bienestar: nórdico, continental, anglosajón y mediterráneo. Este último es el de los países que más tarde se incorporan al mismo, Italia, España, Portugal y Grecia, y que se desarrolla además con sustanciales diferencias respecto a los restantes modelos.

Desde un punto de vista estrictamente conservador los beneficios del Estado del Bienestar son dobles: por un lado, la generación de consenso social de tal manera que el sistema funcione de forma armónica y eficiente, y, por el otro, consecuencia de lo anterior, una función de creación y reforzamiento de valores éticos fundamentales a la existencia y estabilidad de relaciones sociales, llevando así a una creciente integración social. De esta forma, la generalización del modelo de estado de bienestar, dio lugar al periodo de crecimiento económico sostenido más exitoso del siglo XX, lo que llevó a Eric Hobsbawm (historiador británico de origen judío y formación marxista) a denominarlo “la edad de oro del capitalismo”. Pero así mismo, los logros sociales que este modelo trajo consigo, llevaron al filósofo y sociólogo austro-británico Karl Popper a valorarlos en los siguientes términos: “En ningún otro momento, y en ninguna parte, han sido los hombres más respetados, como hombres, que en nuestra sociedad. Nunca antes los Derechos Humanos y la dignidad humana, han sido tan respetados y nunca antes ha habido tantos dispuestos a hacer sacrificios por otros, especialmente por aquellos menos afortunados que ellos”.

La llegada de Margaret Thatcher al poder en Gran Bretaña en 1979, y de Ronald Reagan a la presidencia de los EE UU en 1981, supusieron el primer intento serio y consistente de desmantelamiento del estado del bienestar desde las filas del “neoliberalismo”.

Posteriormente, en los primeros años del siglo XXI, la crisis de las “hipotecas basura” en los Estados Unidos, ha desembocado en una de las mayores crisis económicas en el mundo occidental, de la que los neoliberales pretenden salir mediante una serie de medidas de ajuste del déficit, disminución de lo público y adelgazamiento del Estado, que van encaminadas claramente a la liquidación y desaparición del estado de bienestar.

Ante esta ruptura unilateral del contrato social que supone el modelo del estado de bienestar, los partidos de izquierdas, si quieren seguir representando a la clase trabajadora, tienen la obligación moral y política de ser claros y contundentes. Deben explicar a los ciudadanos en general, y a los trabajadores en particular, que esto es lo que está sucediendo realmente. Que bajo el pretexto de la crisis se está rompiendo el pacto social tácitamente asumido desde mediados del pasado siglo. Y decirles que si esto es cierto, que lo es, “o jugamos todos o se rompe la baraja”. Es decir, que si los capitalistas no cumplen lo pactado, la clase trabajadora estará legitimada para volver a reivindicar aquello a lo que renunciaron para la consecución del mismo.

Y si fuera necesario, esos partidos de izquierdas tendrán que revisar sus programas políticos y, si es preciso, volver a incluir en los mismos las viejas aspiraciones de nuestros programas máximos, actualizadas y adaptadas a la nueva realidad social. Y tendremos que volver a reivindicar: “Libertades políticas. Derecho de coalición o legalidad de las huel¬gas. Reducción de las horas. Leyes protectoras de la vida y de la salud de los trabajadores. Protección a las cajas de socorros mutuos y pensiones a los inválidos del trabajo. Creación de escuelas gratuitas para la primera y segunda enseñanza y de escuelas profesionales, en cuyos establecimientos la instrucción y educación sean laicas. Justicia gratui¬ta y jurado para todos los delitos. Reformas de las leyes de inquilinato y desahucios y de todas aquellas que tiendan directamente a lesionar los intereses de la clase trabajadora. Adquisición por el Estado de todos los medios de transporte y de circulación, así como de las minas, bos¬ques, etc., etc.” (Extracto del Primer Programa del PSOE, aprobado en Madrid el 20 de julio de 1879)

El PP y sus socios de la Unión Europea tienen muy claro lo que representan y lo que pretenden. Si el PSOE yla izquierda no lo tienen, ni lo aclaran, ¡lo vamos a pasar muy mal!
La llegada de Hollande a la presidencia de Francia, esperemos que signifique un giro en este sentido.

viernes, 11 de mayo de 2012

MANIFIESTO POR LA ESCUELA PÚBLICA, LAICA y GRATUITA

Concentración frente a la
Subdelegación del Gobierno
Palencia 10/05/2

En el contexto de grave crisis económica que vivimos son muchas las voces que, desde diferentes ámbitos y puntos de vista, ven en la educación y en la formación de las personas un factor estratégico para hacer frente a la recesión económica.
La escuela es un elemento esencial para formar a las personas como ciudadanos y ciudadanas y como trabajadores y trabajadoras que contribuyan a las transformaciones sociales y productivas que se necesitan para romper con esta situación de crisis y avanzar hacia una organización social más igualitaria y un nuevo modelo de desarrollo basado en el conocimiento.
Recortar en educación es contraproducente no sólo para el sistema educativo, donde se debe buscar solución a los problemas de la educación en España -en especial la alta tasa de abandono y fracaso escolar- con los recursos que sean necesarios; también lo es para el avance tecnológico y el desarrollo social pues el alumnado de hoy será el que mueva mañana el tejido productivo.
Casi en el olvido ha quedado la iniciativa regional que proponía el impulso de un Pacto en Educación, Sanidad y Servicios Sociales en Castilla y León. Hasta ahora, las iniciativas en este sentido no han pasado de declaraciones vagas y ambiguas, compatibles con un escenario regresivo para el futuro de la Escuela Pública.
Así lo confirman las prioridades que se van desvelando en nuestra Comunidad Autónoma, y las derivadas de los Presupuestos del Estado, y de las medidas adicionales para el recorte del déficit público. La conclusión lógica es que la educación no es algo prioritario para la Junta de Castilla y León.
Además, lo exiguo del gasto público en Educación y el hecho de que se mantengan las subvenciones a la enseñanza privada, mientras disminuyen partidas esenciales para el funcionamiento de la educación en nuestra región, suponen un ataque a la Escuela Pública. Este hecho no es nuevo: en diciembre de 1999 la inmensa mayoría de los agentes sociales firmaron con la Junta de Castilla y León el “Acuerdo por la mejora del sistema educativo de Castilla y León”. En dicho acuerdo las organizaciones firmantes se comprometían a “Atender a la mejora constante de la red pública de enseñanza, manteniendo el actual equilibrio y colaboración con la enseñanza privada concertada”.
Sin embargo, el equilibrio existente en el momento de la firma de dicho acuerdo se rompió al concertar la Consejería de Educación la práctica totalidad de la Educación Infantil, además de la Enseñanza Obligatoria y de muchos Ciclos de Formación Profesional y Bachilleratos, mientras el alumnado con necesidades de compensación y necesidades educativas especiales se concentraba en los centros públicos.
Dicho todo lo cual, no podemos esperar confiados en que un Pacto por la Educación entre los partidos mayoritarios vaya a resolver los problemas de la Escuela Pública.
Por esa razón, los firmantes de este MANIFIESTO llamamos a la Comunidad Educativa y al conjunto de la sociedad a movilizarse para exigir a la Junta de Castilla y León un compromiso político y social que garantice, para salir de la crisis, las medidas siguientes:
* Aumento sostenido del gasto público en educación hasta llegar al 7 % del PIB (también en el ámbito regional), destinando lo fundamental de dicho incremento a la red pública y a programas compensadores de desigualdades, además de a formación y nuevas tecnologías.
* Mecanismos que eviten la competencia desleal de la enseñanza concertada hacia la Escuela Pública que impidan que esta última pueda convertirse en un gueto.
* Escolarización con criterios idénticos, transparentes y únicos, estableciendo una nueva normativa de escolarización, consensuada con la Comunidad Educativa, en la que se contemple la distribución de la matrícula por zonas.
* Rescisión de los conciertos en TODAS las etapas, allí donde las necesidades educativas estén cubiertas por centros públicos.
* Rescisión del concierto a los centros que no cumplan los criterios de escolarización establecidos, en especial los referidos a situación social, étnica, de capacidad o de sexo.
* Realización de auditorías externas sobre la gestión de los colegios concertados que comprueben la gratuidad efectiva de dichos centros financiados con fondos públicos.
* Consideración del ciclo 0-3 como educativo, promoviendo la construcción de una amplia red de escuelas infantiles públicas (tanto en su titularidad, pasando a depender de la Consejería de Educación, como en la gestión).
* Adopción de medidas educativas y de compensación ante los primeros problemas de aprendizaje de manera temprana, es decir, desde la educación infantil.
* Articulación de medidas no sólo educativas (apoyos, desdobles, programas de diversificación curricular…) sino sociales y laborales (reduciendo, por ejemplo, las posibilidades de contratación de personas sin cualificar) sobre el abandono escolar, reforzando la orientación académica y profesional, aumentando recursos humanos y materiales.
* Extensión y potenciación de la red pública de FP, ampliando y adecuando la oferta de ciclos formativos y de los PCPI.
* Garantía de una oferta educativa compensadora y de calidad para la población del medio rural y blindaje de la actual oferta educativa pública.
* Carácter público, tanto en titularidad como en gestión, de los servicios educativos complementarios (comedores, programas de conciliación de la vida laboral y familiar…).
* Gratuidad de libros de texto y comedores, además del ya gratuito transporte escolar de la zona rural.
* Responsabilidad directa de la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León sobre actividades extraescolares y complementarias, como marca el Art. 73.2 del Estatuto de Autonomía, ofreciendo un amplio abanico de actividades de calidad y gratuitas.
* Eliminación de símbolos religiosos de los centros educativos y salida de la asignatura de religión del currículo, empezando por sacarla del horario escolar.
Ese mismo compromiso social y político por la Educación Pública, de calidad y compensadora, se lo exigimos también al Gobierno Central, que ha de asumir su responsabilidad tanto en materia presupuestaria como legislativa e impulsar políticas de apoyo decidido al modelo de escuela pública, laica y gratuita que las organizaciones firmantes de este MANIFIESTO defendemos.

STES - CCOO - CGT - IU - FAPA - Liga palentina de la educación

miércoles, 2 de mayo de 2012

133º aniversario del PSOE

Pablo Iglesias
A una de esas reuniones, el 2 de mayo de 1879, asistieron, convocados ya por una comisión organizadora, para dar un nuevo paso y “fundar un partido que se denominaría Socialista Obrero, y cuya política se separaría de la que hacen los demás partidos burgueses, desde el más avanzado al más retrógrado” …
El principal acuerdo de esa reunión fue constituir una comisión compuesta por Iglesias, Ocina, Calderón, Jaime Vera y Zubiaurre, encargada de “redactar un proyecto de programa y bases para la organización de los trabajadores que a él se adhiriesen, hasta tanto que un periodo de mayor libertad hiciera públicos nuestros trabajos y un congreso obrero los ratificase o enmendase, con arreglo al mandato que recibiera de los trabajadores”…

Para cumplir este mandato, casi tres meses más tarde, el 20 de julio de 1879, se reúne el Grupo Socialista Madrileño y aprueba lo que sería el primer Programa del Partido Socialista Obrero Español.

En dicho programa se define lo que en aquellos tiempos históricos era la aspiración máxima de los socialistas: La abolición de clases, es decir, la emancipación completa de los trabajadores. La transformación de la propiedad individual en propiedad social o de la sociedad entera. La posesión del poder político por la clase trabajadora.

Y como medios inmediatos para acercarnos a la realización de ese ideal, se proponían los siguientes:
Libertades políticas. Derecho de coalición o legalidad de las huelgas. Reducción de las horas. Prohibición del trabajo de los niños menores de nueve años, y de todo trabajo poco higiénico o contrario a las buenas costumbres, para las mujeres. Leyes protectoras de la vida y de la salud de los trabajadores. Creación de comisiones de vigilancia, elegidas por los obreros, que visitarán las habitaciones en que éstos vivan, las minas, las fábricas y los talleres. Protección a las cajas de socorros mutuos y pensiones a los inválidos del trabajo. Reglamento del trabajo de las prisiones. Creación de escuelas gratuitas para la primera y segunda enseñanza y de escuelas profesionales, en cuyos establecimientos la instrucción y educación sean laicas. Justicia gratuita y jurado para todos los delitos. Servicio de las armas obligatorio y universal y milicia popular. Reformas de las leyes de inquilinato y desahucios y de todas aquellas que tiendan directamente a lesionar los intereses de la clase trabajadora. Adquisición por el Estado de todos los medios de transporte y de circulación, así como de las minas, bosques, etc., etc., y concesión de los servicios de estas propiedades a las asociaciones obreras constituidas o que se constituyan al efecto. Y todos aquellos medios que el Partido Socialista Obrero Español acuerde según las necesidades de los tiempos.

Han pasado 133 años, y el lenguaje y muchos de los postulados que en aquel programa se recogían, nos pueden sonar, en principio, trasnochados.
Pero si hacemos una lectura más reposada y atenta, veremos cuán vigentes están aún hoy en día muchas de sus propuestas, ante el evidente retroceso en libertades y derechos que vemos se está produciendo desde la llegada del PP al gobierno de este país.
Tengo para mí la sensación, cada vez más cierta, de que muchos de los actuales dirigentes de este Partido más que centenario -mí Partido- hace mucho que no le dan un repaso a los documentos de nuestra historia, e incluso tengo a veces la duda de si los han leído alguna vez.
Y deberían hacerlo. Porque tengo yo la sensación de que una de las causas, sino la principal, por la que hemos perdido el apoyo de muchos trabajadores y trabajadoras, ha sido el haber perdido de vista para quién y para qué queremos gobernar, es decir, para qué queremos la posesión del poder político, tal y como se decía en aquel primer programa del PSOE.

La derecha de este país, se está demostrando nítidamente con las medidas que va tomando el PP desde la llegada al gobierno, tiene muy claras estas dos cuestiones: para quién y para qué gobiernan. Lo hace para las clases más pudientes, para los que se pueden pagar los servicios educativos o sanitarios, para los que no necesitan el transporte público, para los que pueden pagar una madre de alquiler, para los que pueden llevar a sus hijas o a sus mujeres a abortar a Londres, para los que tienen sus capitales en los paraísos fiscales, para los que tienen asegurada su jubilación mediante contratos blindados, para los que si tienen que salir de España lo hacen como turistas o como dirigentes de multinacionales y no como emigrantes en busca de trabajo, en resumen, para aquellos que no necesitan del Estado para seguir adelante.
Por eso, no les importa cargarse la sanidad y la educación pública, o excluir de estos servicios a los inmigrantes; no les importa deteriorar hasta donde haga falta el sistema de pensiones; no les tiembla la mano al desregular hasta la extinción todo el sistema de protección de los trabajadores ante los despidos abusivos y arbitrarios, o las bajadas de sueldo indiscriminadas y sin motivo; ni se les cae la cara de vergüenza al permitir, mediante una amnistía fiscal encubierta, que los evasores y defraudadores de impuestos blanqueen sus euros mediante una “mísera” sanción del 10%.

Se escucha con demasiada frecuencia a algunos dirigentes de mi Partido afirmar, tanto en conversaciones privadas como en medios de comunicación, que “el PP y Rajoy están desbordados por la situación y que gobiernan a golpe improvisación” ¡Y un cuerno!
En mi humilde opinión, de improvisación ¡nada de nada! Lo que el gobierno de la derecha está haciendo, y va a seguir haciendo si no lo paramos es, aprovechando el fantasma y la amenaza de “la crisis” que tiene a la ciudadanía “acojonada”, cargarse el estado de bienestar y de protección social que se había ido construyendo en Europa desde el final de la segunda guerra mundial, y que fue el fruto de un pacto entra la clase trabajadora y el capitalismo. Mediante este pacto, la clase trabajadora renunció a muchas de sus principales reivindicaciones (la posesión de los bienes de producción) a cambio de que el Estado cubriera de forma justa sus necesidades de educación, sanidad y pensiones, obteniendo los recursos para dichos servicios de un sistema progresivo de impuestos mediante el cual los que más tienen, más pagan, lo que convierte al sistema impositivo en la forma más justa de redistribución de la riqueza de una sociedad.

Y mientras esto que para mí está meridianamente claro está siendo ejecutado de forma programada y sistemática por el Partido Popular, respondiendo así a las demandas de aquellos a los que de verdad representa este partido, aunque por desgracia, o por culpa del PSOE, muchos trabajadores también le votaron el 20-N, ¿qué hacen los dirigentes de mi Partido?
Pues principalmente, y casi de forma exclusiva, insistir, dale que dale, con que Rajoy miente y engaña a los ciudadanos, porque no hace lo que dijo en su programa, o porque hace lo contrario de lo que decía hace unos meses. Y, evidentemente, hacen bien en decir esto e insistir en ello porque, en un sistema parlamentario y democrático, esta es una de las misiones de la oposición. Y parece que este mensaje ha calado en los ciudadanos; y las encuestas y estudios de opinión así lo demuestran al recoger la gran caída del voto del PP (hasta el 6 % en algunos casos) y la mala opinión que la ciudadanía tiene del gobierno (hasta el 70 % opina que lo está haciendo mal o muy mal).
Pero, y aquí está el quid de la cuestión, a pesar de esta mala opinión del gobierno de derechas y de la pérdida de votos del mismo, ¡el PSOE pierde también casi 2 punto porcentuales!
No he leído ni oído ni un solo análisis medianamente crítico sobre esta cuestión de ninguno de los dirigentes de mi Partido, tanto de ámbito nacional como autonómico y, mucho menos, provincial.

Me da a mí el pálpito de que muchos ciudadanos de este sufrido país, esos que ya están hartos de las medidas de este gobierno y de sus constantes mentiras y engaños, que según las encuestas son cada vez más, y que salen un día sí y otro también a protestar a calles y plazas del solar patrio, se preguntan, y el PSOE ¿qué haría?
Y esta es la clave. El PSOE -y primero sus dirigentes- tiene que entender que si quiere volver a ganar algún día las elecciones para poder cambiar el rumbo de este despropósito, debe en primer lugar asumir responsabilidades; en segundo lugar realizar una renovación total de unos dirigentes que están totalmente implicados en las responsabilidades de los últimos ocho años de gobierno; cambiar su funcionamiento interno haciéndolo más democrático y participativo; acercarse a las cada vez más amplias capas de población que se han alejado de la acción política hasta tal extremo que consideran a los políticos y a la política como el tercer problema de este país.
Y simultáneamente a todo este proceso de renovación y cambio, este Partido debe tener claro que tiene que construir un programa de gobierno para la clase trabajadora que, aunque no es la misma que hace 130 años, sigue necesitando igualmente que el PSOE los represente y los defienda.

El PSOE debe gobernar para los que sí necesitan al Estado; para los que necesitan y quieren una escuela pública de calidad, laica, que forme a personas críticas y responsables y que siga siendo un instrumento para superar las desigualdades sociales; para los que necesitan de una buena sanidad pública, un saneado régimen de pensiones, un desarrollo y aplicación urgente de la ley de dependencia; para que los trabajadores y las trabajadoras de este país no estén inermes ante el empresario; para que el sistema impositivo sea más justo y pague más el que más gana y el que más tiene; para que los insolidarios que defraudan a hacienda, es decir a todos, paguen lo que deben y si es preciso vayan a la cárcel.

El PSOE, y la izquierda en general, deben tener muy claro que si el capitalismo rompe el pacto que supuso la construcción del estado de bienestar y destruye los mecanismos que permitían repartir con los trabajadores los beneficios del mismo, habrán hecho retroceder a la sociedad europea a los años 30 del siglo pasado. Y, consecuentemente con esa situación, los trabajadores y las trabajadoras de estos primeros años del siglo XXI deberemos volver a reivindicar y a luchar por todo aquello a lo que renunciamos en aquel pacto social, incluida la propiedad de los instrumentos productivos.
Y para esa lucha, unos sindicatos fuertes y respetados son tan necesarios como los mismos partidos de izquierdas. Así que dejémonos de paños calientes y comencemos a llamar a las cosas por su nombre, y decirles a los ciudadanos la verdad.
La derecha sabe muy bien lo que hace, y tienen muy claro que el capital no quiere asumir la parte que les corresponde en el estado de bienestar.
La lucha de clases ni es una antigualla ni, por desgracia, podemos prescindir de ella.

martes, 3 de abril de 2012

"Entrada de clá" para el congreso del PSOE de Castilla y León

Había hecho el firme propósito de no escribir en este blog ningún comentario que tuviera que ver con el 12 Congreso Autonómico del PSOE de Castilla y León, pero es que hay actuaciones que me "encienden" y si no escribo, ¡reviento! Qué por cierto, a la vista de algunos de los comentarios con los que me obsequian, es lo que algunos parecen estar deseando.

Por si alguno de mis lectores no sabe lo que es una "entrada de clá" lo voy a explicar. Cuando iba a tener lugar algún estreno teatral, era habitual que personas amantes del teatro, principalmente estudiantes, que no disponían de "posibles" para derrochar en pagarse una entrada, acudieran a los bares cercanos al teatro para conseguir una entrada de clá. Estas entradas eran muy baratas, e incluso en algunas ocasiones, gratuítas, y la misión de los que así accedían a la sala era provocar los aplausos del público en los momentos precisos y conseguir así que la obra y los actores consiguieran al menos la apariencia del triunfo. Una clá bien organizada, se distribuía de forma estudiada por la sala y, si sabía estar atenta y elegir adecuadamente los momentos en los que aplaudir, podía conseguir que el público se sumara al aplauso y convertir un estreno mediocre en un auténtico éxito teatral, al menos aparentemente. Al día siguiente, la crítica se encargaba generalmente de poner en su sitio el estreno e incluso de identificar a la clá. Pero ese día, la apariencia de éxito estaba conseguida.

Bueno, pues mira tu por cuanto, algún dirigente regional del PSOE, en connivencia con algún otro del PSOE palentino, ha tenido la brillante idea de organizar una clá para la clausura del Congreso Autonómico del próximo día 15 de abril. Como lo de ir a los bares cercanos para buscar a los integrantes de la misma, seguro que no tenía la respuesta necesaria, han puesto a disposición de los militantes de Palencia un autobús que los trasladará a Valladolid para asistir y hacer la clá en el acto de clausura.

Da la sensación de que las "cabezas pensantes" de esta singular iniciativa, no tienen muy seguro el éxito de la función, a pesar del, según ellos mismos, extraordinario tirón y capacidad del principal actor de la misma, el de momento único candidato a la elección como secretario general, Julio Villarrubia.

En eso quieren convertir algunos a este partido y a sus militantes, en ESPECTADORES DE CLÁ