Este "caso" es uno más de los que denuestran lo poco o nada que han entendido los dirigentes políticos de mi partido el "mensaje" que nos han enviado los votantes en las recientes elecciones municipales y autonómicas de mayo pasado.
Luego pretenderemos seguir contando con la confianza de los ciudadanos para las del 20-N.
¡Estamos apañados!
"Uno pensaba que las candidaturas presentadas por Castilla y León a las elecciones del 20-N eran suficientemente ilustrativas del ensimismamiento y nula voluntad de regeneración democrática de los dos principales partidos. Pero al parecer no era suficiente el desembarco de cuatro cuneros, cuatro, tres de los cuales, además, ilustres desconocidos en la política nacional. No bastaba tampoco con los apaños y cambalaches internos que se dejan notar en unas listas en las que repiten por enésima vez políticos amortizados que no aportan nada ni aquí ni en Madrid y en las que el escaso grado de renovación redunda en la mediocridad (me atrevo a decir que nunca se había cotizado tan barato el escaño de diputado o senador por las circunscripciones de Castilla y León).
Por si todo eso fuera poco, ha sobrevenido la chusca peripecia de Francisco Fernández, el exalcalde socialista de León, quien ha tenido que apearse de unas listas en las que, para empezar, nunca debería haber estado. El señor Fernández tendría que haber desaparecido de la escena política el pasado 23 de mayo, fecha en la que, por mera vergüenza democrática, debería haber dimitido de todos sus cargos tras el monumental descalabro electoral sufrido un día antes. Con el agravante de que dicho fiasco tenía lugar justo donde el gobierno Zapatero ha concentrado el mayor volumen de inversión por habitante jamás conocido.
Pero como nadie en el PSOE asumió responsabilidad alguna por el desastre electoral del 22-M, el inepto exalcalde no se consideró obligado a ello. Y no solo eso, sino que valiéndose de su compadreo con Zapatero, decidió ponerse el mundo por montera y colocarse de número dos en la lista al Congreso. Ello provocando además todo un cisma en el PSOE leonés, al vulnerar la norma no escrita que reserva dicho puesto a un representante de El Bierzo (y, en atención a la paridad, a ser posible mujer). Y en estas es cuando nos enteramos de que pretendía compatibilizar el escaño de diputado con la prejubilación de oro que le ha concedido Caja España -queda por ver si correctamente- en su condición de empleado de la entidad (los 12 últimos años en excedencia, buena parte de ellos perteneciendo a su Consejo de Administración).
Situado en el ojo del huracán, Fernández se ha visto obligado a dejar la política, aunque, lejos de pedir perdón, todavía pretende pasar como víctima de un linchamiento. Se va, pues, sin reconocer su desvergüenza política. Como tampoco la reconoce el PSOE, cuyos dirigentes orgánicos han estado justificando lo injustificable del 'consentido' de Zapatero, corrigiendo la situación solo cuando han visto el altísimo coste electoral que acarreaba el escándalo. Y por cierto, tras la caída de Fernández, son ya dos provincias (la otra es Zamora) en la que los socialistas quedan regidos por sendas gestoras a causa de la desastrosa gestión de sus listas electorales.
Por lo demás, el episodio, junto a la oportuna actuación parlamentaría del procurador de IU, José María González, ha tenido la virtud de levantar, aunque sea muy por encima, el espeso manto de silencio tendido sobre determinadas malas prácticas en las que han incurrido no pocos consejeros y directivos de cajas de ahorro de Castilla y León. Es cierto que aquí no se ha llegado a extremos tan escandalosos como las multimillonarias indemnizaciones de los antiguos responsables de la CAM de Alicante o de la Caja gallega. Pero los privilegios y prebendas de distinto orden (créditos preferenciales a tutiplén, finiquitos por encima de lo estipulado, contratos abusivamente blindados, cobro de varias dietas en una misma jornada, etcétera, etcétera) han estado y siguen estando al orden del día sin que hasta el presente nadie -ni el Banco de España ni la Junta- hayan puesto coto a ningún desmán."
(Las negritas del artículo son de mi cosecha)
A pesar de esto, ¡todos tranquilos! El 21 de noviembre el responsable de los resultados, será ¡el maestro armero!
Muy buen artículo, compañero Juan Ramón. Tendremos que pelear por regenerar la política y renovar el PSOE. Un abrazo
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo
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