La libertad

La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres.
El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha.
Miguel de Cervantes

domingo, 31 de octubre de 2010

Envidia

La primera parte de este otoñal, lluvioso y largo fin de semana, un grupo de amigos lo hemos pasado en la casa que uno de ellos tiene en San Juan de Redondo, en plena Montaña Palentina.
Además de gozar de nuestra mutua compañía, y ante lo poco que la lluvia nos ha dejado disfrutar del paisaje, hemos dedicado buena parte del tiempo a dos de las actividades que, además de otras dos o tres, y en mi opinión, más satisfacciones producen a los seres humanos: la buena comida y la buena conversación.
Entre unas extraordinarias sopas de ajo, una ensalada tibia de bonito de Santoña y pimientos de Torquemada, en su día embotados por nosotros mismos, y una magnífica paella, han caído varias partidas de mus, unas botellas de excelente rioja y largas y “enjundiosas” tertulias.
En una de esas charlas salió a colación el tema de la “envidia”, tanto la sana como la insana, y cada uno de nosotros fuimos expresando cuáles eran las cosas, tanto espirituales como materiales, que despertaban en nosotros este sentimiento, tan consustancialmente unido a la infelicidad.
A mí personalmente me produce una gran envidia el ver escritas y publicadas por otros, sobre todo si están bien expresadas y escritas, aquellas cosas que yo pienso y que muchas veces he expresado oralmente, pero no he sido capaz de escribir.
Cuando esta mañana he leído el artículo que Javier Marías publica en EL PAÍS SEMANAL, no he podido por menos que recordar uno de los objetos que me producen “envidia”.
¡Qué bien expresa lo que pienso!
El artículo se titula “Cosas de la crisis que no entiendo” y en el mismo, en siete densos e interesantes apartados, analiza sendas actitudes totalmente inexplicables en los tiempos de crisis que estamos viviendo:
  • los despidos de trabajadores bajo la cobertura de la “crisis” en empresas que no la están padeciendo;
  • las cínicas consignas de determinados popes de la economía del tipo “hay que trabajar más y cobrar menos”;
  • las obscenas posturas de algunos millonarios que quieren hacernos creer que ellos son los más perjudicados por la crisis;
  • la falacia de adjudicar toda la responsabilidad de esta situación a Zapatero;
  • el despilfarro en fiestas y “saraos” de la mayoría de ayuntamientos de este país;
  • el uso y abuso de coches oficiales y otras prebendas como teléfonos móviles entre los políticos y politiquillos de muchas administraciones.

Lo dicho: ¡Qué envidia!

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1 comentario:

  1. vosotros si q me dais envidia, menuda gozada lo d San Juan d Redondo, algo + q unas botellitas de rioja habra caido!!!!

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